Llevo como diseñadora freelance desde 2012. Hasta hace uno años, he sido una diseñadora gráfica generalista que hacía todo lo que me pedían mi clientes con el fin de generar ingresos y pagar mis gastos a final de mes. Realizaba jornadas de trabajo interminables y aún así no conseguía cubrir mis gastos mínimos como autónoma. Los clientes con los que trabajaba me elegían sólo porque tenía unos precios asequibles y no por la calidad de mis trabajos.
Llegó un punto en el cuál estaba quemada y no comprendía porque no mejoraba mi situación, a pesar de llevar algunos años como autónoma. Me frustraba que me regatearan los precios, mi método de trabajo y que no valorasen mis recomendaciones. A veces, aconsejaba a mis clientes que no invirtieran más dinero en campañas de diseño o publicidad en medios (prensa, TV y radio) que no les ayudaba a conseguir sus objetivos. Estaban haciendo un gasto innecesario cuando su negocio, lo que verdaderamente necesitaba era cuidar la imagen que comunicaban al exterior. Sentía que no me valoraban como profesional e incluso, estaba llegando al punto de no gustarme lo que hacía.
A mediados de 2014, conocí a Laura López, la cuál me abrió los ojos con su calculadora freelance y un curso de formación que hice con ella. Descubrí que no estaba cobrando el precio adecuado para pagar mis gastos como autónoma, que la estrategia que estaba llevando a cabo con mi negocio no era correcta y que así no podía continuar, ni por mi bien como profesional ni por mi propia salud.
Tomé medidas y comencé aplicar cambios, que contribuyeron a revisar la imagen de mi marca. Me especialicé en la rama del diseño que mejor se me da y la que más me gusta, identidad corporativa. Campo en el que no he parado de formarme desde que acabé mis estudios. Por último, decidí centrarme en trabajar con mujeres emprendedoras que, como yo, luchan día a día por sacar sus negocios adelante, ayudándolas a mejorar la imagen que transmiten al exterior para posicionarse adecuadamente en el mercado.
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Razones por las que tuve que cambiar el diseño de mi imagen
Mi logotipo creaba confusión en el público. Tras realizar una encuesta a mis antiguos clientes, llegué a la conclusión, de que muchos habían pensado en un principio que era una empresa y no una profesional independiente. Y eso que el nombre de mi marca era MBG, las iniciales de mi nombre y apellidos.
Además, esta imagen no comunicaba mi evolución como profesional, los cambios realizados en mi negocios y mi nueva especialización en identidad corporativa. Tenía que comunicar esta transformación en la imagen de mi marca de alguna forma.
Otro problema añadido, era que no había creado un manual de identidad corporativo con mi anterior logotipo. A pesar de dedicarme a ello e insistir en los beneficios que trae tener desarrollado el manual de tu marca; yo misma cometí ese error.
Creé el logotipo, así como las tarjetas de visita y fui desarrollando el resto de aplicaciones conforme las iba necesitando. Una tarea que retrasaba mi trabajo. Ya que si me solicitaban un presupuesto, por ejemplo, y no tenía la plantilla diseñada tenía que crear esta plantilla y después desarrollar el presupuesto para el posible cliente.
Esta tarea de estar creando cada contenido en el momento preciso que lo necesitas, te cansa y dificulta el trabajo. Porque en vez de estar media hora trabajando para redactar un presupuesto, estas dos. Así que, piensas que has perdido un tiempo valioso que no tendrías que haber invertido sí ya tuvieras una plantilla con los textos establecidos para solo tener que rellenar con los datos específicos.


Significado de mi nueva imagen de marca
He diseñado una nueva marca para mi negocio con un manual de identidad corporativa completo en el cuál no falta ni un detalle 😉
El nombre de mi marca ha cambiado de MBG a martabg. Para así dejar claro que es a mi a quien representa.
El logotipo simboliza mi propia firma para especificar que soy una sola persona la que está trabajando tras este proyecto. Esta creado con una tipografía manuscrita desarrollada por mi. En la parte inferior de mi nombre, aparece el subtítulo “creando marcas” para hacer referencia a mi especialización en diseño de imagen corporativa. El tipo de letras que he elegido para este texto es la Helvética, tipografía de palo seco que facilita la lectura en textos cortos.
También podrás ver que aparecen dos triángulos superpuestos, donde represento mis cualidades como creativa. En uno de ellos, represento mis conocimientos como diseñadora, ilustradora y fotógrafa. En el otro, simbolizo mi evolución como profesional y mi especialización: diseño corporativo, branding y posicionamiento Online.
Estos elementos se unen y lo abarcan todo, representándome a mi en mi conjunto como persona y profesional independiente. Aluden mi desarrollo, aprendizaje y crecimiento en estos últimos años. Además de incorporar el gran cambio que he dado desde 2015, cuando cambié por completo mi estrategia como profesional independiente.

Entrando en el tema de los colores
Mi antiguo logotipo estaba formado por el rosa fucsia y el blanco, mayormente sobre un fondo gris oscuro. ¿Por qué estos colores?
Elegí el rosa fucsia o magenta porque representa el cariño, el amor, lo femenino y la protección. Deseaba comunicar que soy una persona cariñosa en el trabajo que hago, que ama su profesión y desea cuidar cada detalle de los proyectos que realizo. Además, como representa lo femenino, lo seleccioné para representarme a mi como mujer. También porque es un color lleno de alegría y vitalidad.
El color blanco apareció en el conjunto para contrastar sobre el fondo gris, representar mi bondad e inocencia, además, de respeto hacia los demás.
Y el gris oscuro que cierra la imagen como fondo, lo elegí por su neutralidad. Por ser un color sin fuerza que equilibraba el conjunto.
Qué dificultades me daban estos colores
Lo primero es que ya no representaban mi evolución como profesional y persona. Y segundo, necesitaba limpiar mi imagen para facilitar la legibilidad de mis contenidos. Estos colores sobre un fondo tan oscuro, no ayudaban a la lectura de los textos ni a la visibilidad de las imágenes. Observé que tenía que crear una imagen limpia, más neutral donde poder comunicar adecuadamente los nuevos valores adquiridos.

Los colores del cambio
En la nueva imagen, los colores han cambiado pero no en su totalidad.
Sigo utilizando el color gris, aunque en una tonalidad más clara que la anterior. Color neutral que representa la responsabilidad, la constancia y la disciplina de una persona. Mis familiares siempre me han llamado “hormiguita”. Soy de esas personas que trabajan desde el primer día, poco a poco, y que gracias al trabajo constante logra alcanzar sus objetivos.
En la ejecución aparece un azul claro o turquesa, aunque en una versión no muy intensa. Es un color que siempre me ha gustado, tanto por lo que representa como el color en si mismo. Es ideal para simbolizar mi transformación de estos últimos años; al ser una variante del azul que representa la tranquilidad, el conocimiento y la seguridad. Dicen que es el color de la creatividad y gusta a personas con profesiones artísticas.
El blanco destaca en mis fondos para facilitar la legibilidad de mis textos e imágenes, además de servir de unión de los demás colores utilizados. Representa a personas inocentes, cariñosas, tiernas y protectoras. Según una encuesta que realicé a familiares y amigos, la mayoría llegó a definirme de esta forma.
Pequeños detalles de color coral, aunque ya aparecen muchos colores. Quise introducir este color para realizar destacados de textos y casos puntuales. Representa la dulzura y simpatía, así como simboliza la originalidad, felicidad y armonía. Dicen que las rosas de este color simbolizan al amor apasionado. Y que a las personas que le gusta este color son tímidas pero a la vez románticas.

Cómo seleccioné estos colores
La imagen de mi marca la tenía clara, pero los colores era algo que no terminaba de visualizar en mi cabeza. Lo que más deseaba con este cambio era representarme a mi misma como persona y profesional.
Por eso, realicé un ejercicio para conocer mi arquetipo de personalidad (espero explicar cómo se hace en otro artículo, ya que resulta muy útil cuando quieres desarrollar tu marca personal). Hice preguntas a familiares y amigos, donde quise saber qué pensaban de mi como persona. Que me dieran a conocer mis fortalezas y debilidades. Para así, poder llegar a una conclusión objetiva, salir de mi opinión y valorar el resultado de más personas.
La mayoría hizo hincapié en lo “hormiguita” que soy para todo. Lo mucho que he estudiado y sigo haciéndolo. Mi deseo por cuidar a los demás, dar lo mejor de mis misma para que mi alrededor logre sus objetivos. Así como otras cualidades que te contaré más adelante para que sepas más sobre mi.
Ahora que has leído porqué yo misma rediseñé mi imagen, ¿te has parado a pensar que tu marca necesita un cambio de imagen que comunique tu evolución? ¿O transmites adecuadamente los valores que tiene tu negocio? Comparte conmigo tu experiencia.
Foto portada creada por Marta Bernal
4 comentarios en «Por qué yo misma he cambiado la imagen de mi negocio»
¿Y cómo te ha ido el cambio? ¿Lo has hecho hace poco?
¡Hola, Ana!
Llevo con el cambio desde primeros de año y estoy muy contenta por como me está beneficiando en mi trabajo y en el resultado de los proyecto que realizo.
La Web lleva poco tiempo y aún está en fase de desarrollo.
Excelente hay q definirse para llegar a la gente y que digan pago lo que sea pues es una experta. Adelante
Así es Noelia. Tenemos que buscar la forma de destacar entre tanta oferta existente en Internet y definirse como profesional es esencial para eso. Por eso, tomé la decisión de especializarme y hacer mi cambio de imagen.